miércoles, noviembre 26, 2008

Gracias

¿Cómo dar gracias si este año ha estado lleno de desgracias?

Hoy un trozo del mundo celebra Acción de Gracias. Y yo aprovecho. Doy gracias. No a Dios ni al cielo, sino gracias simplemente. Gracias por y gracias a.

Gracias por los colores y las canciones. Gracias por los recuerdos de mi infancia, las fotos de mis bisabuelos, los cuadros de mi madre, las cajitas de mi padre, las anécdotas de mis tíos y la complicidad de mis tías, el tiempo con amigos, el cariño de mis primos y la vida de mi abuela. Gracias por mi origen. Gracias por mi sangre. Y por tanto más...

Gracias a mis hermanos, a mi familia, a mi corazón y a mi amiga del alma. Gracias a mis madres. Gracias a mamá y a papá.

Contar un chiste o dar un traspié. Eso es una acción de gracia. Y por la risa que me causan doy las gracias, porque así se vive bien. La risa es salvavidas, y a las que no consigue salvar, ayuda a recordar.


martes, noviembre 25, 2008

Día contra el maltrato

El maltrato no es sólo el uso de violencia, sino todo lo que no sea buen trato.

sábado, noviembre 22, 2008

La carne del cocido

Fuimos a tomar un café, luego pasaríamos a comprar la carne del cocido. Tomamos un cortao y con leche, y cuando nos acercábamos al mercado dijo mamá, “¡Andá, pero si no llevo ni un duro!” Coge de mi cartera, que yo llevo, le contesté.

Mi madre pidió, el señor me entregó la bolsa a mi y a ella el recibo. Mamá estiró el brazo con el dinero de la compra, y cuando el señor le dio las vueltas, mamá me soltó en la mano toda la calderilla –Que enseguida solté yo en mi bolsillo.

El hombre debió ver la transacción; Me echó una sonrisilla y cabeceando dijo, “¡Qué bien acompañar a mami, eh!?


Lo que él no sabía es que “hiji” había pagado el jamón y el tocino, y que “mami” se estaba aguantando la risa.


lunes, noviembre 17, 2008

Queridos y apreciados

Cogimos Preciados desde Callao, el cielo estaba oscuro y la calle iluminada, la gente brotaba de las tiendas y entraba en las tabernas; nosotras paseábamos del brazo. Bullicio, mene-mene, el lío, lo que a mi me gusta… De repente una trompeta en la oreja, y era una banda de swing, con saxos y acordeones, parabá piri piribí, saltando al tocar, y los que les rodeamos moviendo el pie al compás.

Un poco más allá sonaba la Primavera de Vivaldi, un quinteto de cuerdas, violines, un violoncelo y un contrabajo, pero les venía bien la propina.

Tropezamos con una pareja y nos acercamos a un mago majísimo, un gordinflón con capa y sombrero, charlatán –y argentino- que me enseñó a hacer chuletas para el cole.

En Sol torcimos por Arenal y antes de llegar a Ópera, entramos a la Taberna Real a tomarnos una mazanilla (pero de copa fina) y un aperitivo. La camarera me miró de arriba abajo y debió de pensar que tenía una madre irresponsable, por alcoholizarme, y debía de pensarlo de verdad porque luego vimos que todos los camareros a los que se arrimaba lanzaban miradas en dirección a la barra.

Al salir paseamos otro rato, tomando el fresco, y ya de vuelta nos quedamos a escuchar a nuestros amigos tocando Cannon, de Pachebel. Sonriendo, nos cogimos otra vez del brazo, y al alejarnos pudimos oír todavía un poquito de Mozart.


lunes, noviembre 10, 2008

Cuentos: De camélidos y avellanos

Estaba la alpaca Francisca tan tranquila rumiando en la estepa reseca de las alturas Andinas cuando ¡CLOC! Una avellana le cayó en la cabeza. ¡Ay! Miró hacia arriba y vio a un pajarraco lanzando avellanas por doquier. ¡Puaj! Escupió con desagrado… Y en esto aterrizó a sus pezuñas –no a sus pies- la criatura.

- “¡Lo siento, Señora Paca!”
- “¿Y tú quién eres, pajarraco lanza avellanas?”
- “Soy Cóndor, ave que revuela –no recorre- las llanuras del altiplano.”
- “O sea, que eres un avellano.”

El pajarraco replegó las alas y quedó escuchimizado, reducido al tamaño de un águila cualquiera. Para disculparse, se dirigió nuevamente a la alpaca Francisca, “Si quiere, le puedo dar una vuelta… para que conozca el Valle.” La alpaca volvió a escupir, “¡Puaj! A la pequeña, la pequeña…” El pajarraco miró a su alrededor y vio a otro camélido mirándolo sonriente. “Ehh.. si, claro. Su amiga, ¿cómo se llama?”

¡Puaj! Escupió Francisaca, “No es una llama, es Alpaca Baby.” La pequeña alpaca se acercó a Cóndor y le hizo un bailecillo, “No soy una llama, ¿no ve que no tengo colita, señor Cóndor?” El pajarraco estaba avergonzado, no sabía qué contestar, así que decidió, “¡Bueno, vente, que te llevo!” En esto saltó la Baby y gritó, “¡Señor Cóndor, señor Cóndor! ¿Y no puede venir mi otra amigüita también, porfavorcito?”

El pajarraco miró de reojo a la alpaca Paca y vio cómo en su boca preparaba otro escupitajo, y antes de que pudiese enojarse, se apresuró, “Claro, claro, ¿y quién es tu amiga?”

La alpaca Baby indicó la mirada de Cóndor al lado contrario, y éste vio aparecer a una criatura delgaducha y pizpireta, con su cuello laaargo y elegante, y la colita hacia arriba; no quiso cometer el mismo error de antes. “Ajá, y tu amiga es… guanaco?” Baby respodió sonriente, “¡Sí, es guanaco y su nombre es Gu-Anaque!”

El guanaquito se levantó de la estepa, miró a la alpaca Francisca buscando aprobación, y se acercó al trote hasta Cóndor y Baby. Entonces, le preguntó a su amiga, “Guat, yu guana dú guat?”

Cóndor abrió los ojos sin entender nada. Baby soltó una carcajada, “¡Es que habla en inglés, jaja!”

Rieron todos entonces… excepto la alpaca Francisca, que volvió a escupir. “Venga, podéis volar,” les dio permiso y Baby Alpaca y Gu-Anaque se montaron en el pajarraco, su nuevo amigo. “Chao, alpaca Pacaaaaa!”

- “¡Vamos, que os voy a enseñar el Colca!” dijo Cóndor.
- “¿Y nos vas a regalar avellanas!?”
- “¡Pues claro, vamos, peludas-suaves! A volarrrrrr!”


Empatía y sentimiento

En la pollería, mientras nos atendía un joven, se acerca una señora al mostrador y le dice al muchacho:

- Anda, ¡si estás aquí!

- Si, aquí estoy... (esto, por si no había quedado claro con la primera observación o con la propia presencia del muchacho en el lugar.. ya sabemos que, en efecto, “estaba allí”).

- ¡Y cuánto tiempo sin verte! Pues ahora te voy a ver mucho porque yo vivo por aquí cerca, vamos, aquí al lao, ¿sabes? Aquí detrás en Alfredo Marquerie. Si, si… ¿Y cómo es que no has estado tanto tiempo!?

- He estado casi dos años de baja, con desprendimiento de retina.

- ¡Andá! ¿Y a cómo están las perdices?


martes, noviembre 04, 2008

Corona de su pueblo

Vuelvo al pueblo en estos días grises,
En verdad no tan tristes,
A pesar de las nubes y el agua
A la lumbre el recuerdo se fragua.

Que el sol descanse,
Que la nube descargue
Y el perro que ladre,
Que yo me voy
A la tierra de mi padre.
Se llama Bienservida,
Y allí papá vuelve a la vida.

Como de la iglesia el retablo,
No se ve pero no desaparece
El pico que es corona de su pueblo,
Que tantas canciones merece.

A pesar de la lluvia y la neblina
Su forma se adivina.
La del pico
Utópico, típico, nunca tópico ni trópico
Sino manchego y serrano
Y en este poema que escribo a mano
Digo Hola al otoño
Adiós al verano.

Que ladre quien quiera
Por mí, como si relampaguea.
Yo me voy
Yo me voy
A la tierra de mi padre.
Junto a la familia
Que con abrazos y risas me lía.

Me voy a Bienservida
Allí papá vuelve a la vida.

Y estos días grises
En verdad no tan tristes…

Está presente mi padre,
Como la montaña
Seguirá allí mañana…
El pico que es corona de su pueblo
Y de mi padre, corazón,
El Pico del Padrón.