Cada uno que se apañe
(Higuaín acercándose a la portería)
- ¡¡Corre Indurain!!
- No te pongas a conducir como una loca.
- Oye, cada una conduce como lo que es.
- Oye, que cuando me vaya a lo mejor ya no estoy, ¿eh?
- Como dice el refrán, deja para mañana lo que no quieras hacer hoy.
- Está aquí señalado, hacia el centro histérico.
(Creo que quería decir descarriado)
- ¡Anda, ya está aquí el hijo descarrilado…!
- ¿Te has puesto las lentillas?
- Si.
- Ah, es que digo, a lo mejor no me ve y por eso no me escucha.
- ¿Pongo ya la comedia?
- Si que tengo un hambre que da risa.
(Esa refrescante bebida del verano)
- Por favor, un vino tonto.
- ¿No todos los blancos son caucásicos?
- No, sólo algunos, pero de casualidad.
(Del horno)
- Bueno, voy a encender el brasero.
- Hay que aprovechar, que éste nos cuesta gratis.
- ¡¡Y dale trigo a la burra!!
(Creo que quería decir: Y vuelta la burra al prao).
- Fue al quiropráctico.
- Eh, ¿el de los fuegos artificiales?
- No, eso es un pirotécnico.
- Ah.
- ¿Está el aire prendido?
- Si.
- Pues despréndelo.
- Me estoy leyendo el de la… azafata.
- ¿Qué azafata?
- De Brunete.
- ¿La enfermera?
- Bueno, sí, que me he equivocado de profesión.
- Me hago pis.
- Pues yo también mearía.
- ¿Que te harías qué?
(De la educación infantil)
- Si ya no quiere hacer lo de la infantería…
(Un cala-bobos)
- Esto es lo que se llama una lluvia-bobi.
(Para clavar la sombrilla)
- Necesitamos una pedanía de esas.
(No entiendo nada)
- Nosotros también tenemos este vaso, ¿no?
- Si, toalla.
- ¿Qué?
- Donde hacemos la bayonesa.