martes, noviembre 16, 2010

Je ne comprends pas, rien de rien

Entre varios sitios interpuestos, esta noche he estado en Roma, lugar de 'ensueño'- nunca mejor dicho. Por esto de los recovecos incongruentes de la mente, en un momento nos embutíamos no sé cuántos en un ascensor. De pronto, entraba al patio trasero de la cabaña de madera que tienen mis tíos en la sierra, donde mi primo Alberto y Jaime, novio de mi prima, se afanaban en desplumar perdices.

Esto podría tener algo que ver con que Jaime cazase el pasado fin de semana sólo 500 de éstas.

Sin saber cómo llegué de Moralzarzal a Italia, en los últimos brochazos que recuerdo me encontraba en Roma con los Keller, con Ana, Marta y Orlandito, primo de mi novio Guillermo, que debió apuntarse al viaje en mi sueño ya que salía gratis.

Mamá, María, Nuria y Guillo no estaban en el sueño, las quejas a mi subconsciente.

No me acuerdo de mucho, pero sé que Marta y yo teníamos tres fregonas en nuestra habitación. A lo mejor Freud concluiría que nos metemos en muchos charcos.

Cuando nos acostamos, como en un sueño dentro de otro, empezó a sonar el despertador, pero dije yo tan pancha: Tranquilas, será un sueño.

Y mientras me desperezaba y comprendía que el despertador era real, todavía antes de abrir los ojos pude ver a Mr. Keller por los pasillos del hotel cantando “Non, rien de rien”.

martes, noviembre 09, 2010

Na más que tontunas

- ¿Te has cortado el pelo?
- No.
- ¿….. Seguro que no te has cortado el pelo?
- ¡Si, pero nadie me ha dicho nada!

- Si no cagas para abajo luego tienes que cagar para arriba.
- Jiji…
- Si, eso le pasa muchas mañanas.

- O sea, me corto el pelo ¡y nadie se da cuenta de que me he gastado 30 euros!

- No está gordo, no, yo lo noto muy esterilizado.

- Empezó a llover ¡y de repente cayó un granizado…! (de limón??)

- Comemos en casa de R a las 2.30, ¿paso a por ti?
- No sabía que habíamos quedado.
- Yo tampoco.
- Ah.. pues vamos.

- No sabe que vienes así que ahora dirá—
(Abre la puerta)
- ¡¡¡Aaaaaaaaaah!!!
- Eso.

(Suenan las primeras nota de Para Elisa)
- ¡Anda, La Chocolatera!

- No te vayas que voy a abrir un queso, es un dicho.

- Ah, salsa 'sauce', esa la compraba yo en Londres.

(De la película “La Vida de Brian”)
- Es como Pijus Supinus.
- ¿Pijus Magnificus?
- Bueno, es un sinónimo, y también es latín.

- Este queso huele a…
- Culo.

- Mi amiga fue a ver a Camarón.
- ¿De la Isla?
- … Calamaro.

- Entonces el sábado vamos a bailar salsa, no? Digo, "sauce"...

- Tus frases fuera de contexto no tienen ningún sentido.

- ¡Pan y pollo, las dos empiezan por ‘P’!

- ¡Ay, que me tapas las branqueas!
- Si, pez…
- ¿Las tranqueas, no? ¿Cómo es?
- ¡… Traqueas! Lo sé porque en Anatomía de Grey hacen traqueotomías.

- L no sabe cómo huele un culo.
- Porque es muy alta y le queda muy lejos.
- Y que pena con las bajitas.

- ¡Pero que no es Supinus!
- Que si, una cosa es que no lo digan en la peli, y otra cosa es que no sea.

- Uy, voy a olerme las manos y digo, ¡qué olor a culo!

- Pin pin pin pin…
- ¿Qué dices de pin pinpin?? ¡Yo contigo a veces me pierdo!

- Es té de arroz, no se puede tomar con azúcar.
- Pero y si ella lo quiere con azúcar, ¿está prohibido?
- No, no si está prohibido no quiero.

(Escarpines)
- Tengo unos zapatos así como escalopines.

- Voy a llamar a mi hermanica.
- Dile que nosss hemosss tomado unasss caipirinhasss.
- Voy a decir.. ¡Margaritasss!
- Ah, eso.

- Mira, son como las pulseras de la Sara Carbonara. (Mmm…)

- R no puede hablar con dos personas a la vez pero siempre interrumpe.
- Si, con cosas muy importantes, como: ¡“pan y pollo las dos empiezan por P”!

- ¿Quieres bizcocho?
- Ya solo quiero cosas prohibidas y con azúcar.

- Podrías buscar algo para las dos.
- Busca…
- No, he dicho PODRIAS, yo podría, tú podrías…
- Eso, yo podría, tú puedes.

- Mañana nos tenemos que levantar unos días antes.
- Mmm… pero, ¿¿como cuantos??

- Venga, luego será otro día.

- Me espeluchas, me emborrachas, y luego te ries de mi.