miércoles, febrero 23, 2011

Feliz cumplesueños

No sé qué podría escribirte que no hayas leído ya, si todos los momentazos e
historietas han sido contadas y comentadas. Como sabes que no me gusta redundar (look it up) pero sí reincidir, en vez de reescribirte voy a describirte esta amistad:

Te ríes conmigo y no de mí. Lo sé porque te ríes sonriendo.

Por cada trago que doy, tú llevas tres. Yo redacto muy deprisa, y tú escribes al revés.

Si empiezan los trailers me metes prisa y te chocas con la pared. Nuestro plan
alternativo siempre incluye aperitivo.

Para desayunar, mimosas en vez de zumo. Y en el café con leche de después de
comer… Señorita, ¿me concede este Baileys? Of course, tontita. Lo sé.

Mi madre te compra Mixtas; En tu casa siempre hay Coronita. Si notas algo raro preguntas: ¿Qué pasa, Pekeñita?

Viajamos juntas para probar que se puede sobrevivir sin calculadora, porque estos
móviles ya tienen de todo. Yo redacto (con palabras ¿no?) y tú... la foto.

Tú has perdido la cabeza, y la mía nunca se ha encontrado. Será aquel globo que
vuela y vuela, ya lo dice mi abuela, me paso la vida con el pie colgado.

Se te pegan las canciones más cursis y yo te doy pie, porque además compartimos talla.
Yo me escondo del sol y tú “inviernarías” en la playa.

Me desvelas los finales de las pelis y yo te sigo el juego. Siempre para reírnos luego.

En un susto yo ahogo un grito y tú insultas y te estampas. A mi se me escapa la risa, y
tú tampoco te aguantas.

Cuando hablamos de bailar, incluimos tropezar.

Que seas mi amarilla no es sólo por lo de Banana. Felicidades y felicidad, Ana.

martes, febrero 15, 2011

Frases temáticas

Dame la patita, la pata, la patata.


¿Te gusta el queso?

Soy francesa.


Eres el Brad Pitt de los perros. Probablemente con un poco más de pelo, pero no pasa nada.


No quiero que te vayas, ¿de quién me voy a reir todas las mañanas?


En España solo se beben cañas.


Qué pena que te vayas.

Si, pero necesito descansar de comer.


Sustituiré tu cara con la foto de la zarigüeya.

¡Qué cosas tan bonitas me dices!


En vez de cenar, picotamos algo.


¿Quelles chose else? (Fran-glish)


Esto tiene de vestido lo que yo de… no sé.


A mi me gustan las medias grandes porque me suben más.

¿Braga-faja-boina?


¿Has probado la Cruzcampo Galicia?

¿Cruzcampo Glacial?

Eso.


La música española mola y las letras son coj*nudas.


Somos dos más siete.

O sea, unos nueve.


A ver, ¿sin hacer oposiciones qué hijos va a tener?


Estaba ligando en el supermercado.

¿Y de qué hablabais?

De desatascadores.


Luego uno se confundió, se llevó nuestro carro y dice, Ah, es que como llevaba el papel higiénico…

¿Y qué pasa, los demás no cagamos?


Estás por debajo de su peso. (¿Del de quien?)


(Se agacha)

¡Uuuh, tó el culo!

¿Eh?

Tó el culo te he visto.

¿Tó?

Bueno, todo todo no, pero toelculo sí.


No me preguntéis por qué pero…

¿PORQUÉ??


Si te vas, no me queda nadie para desconcentrarme.


Ay, es que chirrío los dientes.

Pues apúntate a boxeo.

¿Y así ya me los rompo de una vez?

Bueno, yo decía para liberar estrés.


Hay que dejar un metro atrás para meter toda la mierda porque siempre hay mierda. Y si no la quieres delante, mejor atrás. (Estoy de acuerdo)


(Tucumán)

¿Tu calle se llama Torpedero Tutankámon?


No más, gracias.

No me mires, desgraciado.


Hay dos cosas que me preocupan: Segundo… Y primero…


¿Vamos al mercadillo?

No tengo ninguna necesidad.

Yo tampoco, pero enséñame las botas a ver si me crean necesidad.


¿Cómo le llamo? ¿Don Manolo? (Según el protocolo...)


Tus ordenes…

Tus deseo son ordenes.

Exacto.


Tú tienes los pies pequeños y a mi me gustan los pieces.


¡Ay mi niña, que vale más que un petit-suise! (¿Que un Potosí?)


Te oigo lejos.

Es que me estoy afeitando.


Es así guapete, bizco. (El típico pivón)


(Y hablando de pivón)

Cómo decís vosotros, ¡el chico era un pivotazo!


(En esta colaboraron varios)

¿Porqué existe “desmoronarse” y no “moronarse”?

¿Pero eso lo has pensado tú solito?

Eres un morón, un tonto.

Morón y cuenta nueva.

Y morrón, un pimiento.


¿Cómo era aquella peli de pigs…?

¿Guarris?

Porky’s.

¡Si!!! (¿Guarris?)


Yo soy lo peor y por eso me queréis y tú eres la más tontita y por eso te queremos. (¿Así a quién no le levantan la moral?)


Voy a cenar acelgas.

¿A ver si acelgazas?


¿Sabes qué palabras se parecen? Tequila y Te quiero.

Sobre todo porque Te-quiero son dos palabras.

Sobre todo.


¿Quién es Paloma Serrano?

Yo

¿Yo?

No, yo.


A ver, os comiento. (Por favor…)


Te apellidas De lo Sopedoro.


Yo quiero verte pedo.


Mételes prisa que luego van con la soga al agua. (y a veces con el cuello chorreandito)


No le he dicho que estás trabajando.

Pues díselo, que se va a pensar que estoy haciendo el higo.


¡Ya están aquí los jodiendo!


¿Ha vuelto ya cada uno a su mochuelo? (Si, ahora mismico entran por la puerta todos los olivos)


Pues llegamos a las nueve de la maaaanoche.


Tequila mucho.


¡Esta noche va a ser temática! (Mítica. Y lo fue)



martes, febrero 01, 2011

¡Uehehé, el postre!

Después de la comida me pareció propio de una buena anfitriona ofrecer un chupito y, recogiendo la cocina, me encontré la botella de un Porto Tawny.


¿Os apetece?


Mientras yo terminaba de remolonear con los platos, los invitados se llevaron la botella al salón. Cuando llegué habían servido ya los cuatro vasos. Enseguida me sorprendió el color amarillo chillón del contenido, y me recordó a la Inka Cola chicletosa del Perú o al licor de hierbas que tomamos a veces en la sobremesa.


Pero descartando imposibilidades, supuse que se trataría del porto blanco. “Si, lo compramos en Oporto el verano pasado, después de una cata de vinos en las bodegas…”- empecé a tirarme el rollo.


Alzamos los vasitos al centro y brindamos: una, dos y tres, ¡adentro!


La primera milésima de segundo en que el líquido rozó mi lengua pensé, qué calentorro, pero si el Oporto no se enfría…


Entonces, según alcanzó mi garganta y sentí el tacto terciopelado, suave y con ese puntito de amargor del aceite de oliva virgen de la cooperativa Nuestra Señora del Turruchel de Bienservida, Albacete, me entró la risa.


Los dos segundos siguientes quedarán grabados en mi mente y en los días más tristes podré evocar el recuerdo y… partirme.


Caras desfiguradas, miradas de incredulidad, sensación de asco y engaño, gestos de auxilio y horror…


Confiados y alegres, esperaban un vino fresco, afrutado, con dulzura variable y una media de alcohol entre el 19% y el 22%. A traición involuntaria –más los chicos que, haciéndose los valientes, lo bebieron de golpe- se atragantaron con el denso y delicado aceite de mi pueblo.


- ¿Pero qué es esto?

- Ya decía yo que el color ese no…

- ¡Oye, tú también trágatelo!

- Tranquilos, esto es buenísimo para el flujo intestinal, mucha gente lo toma en ayunas…

- Por favor, esto que no salga de aquí. (Ilusos)


Al día siguiente:


- ¿Fuisteis bien al baño?

- Yo fui de seguido.