Donde Fabiano
Una semana tras otra, una caña y otra más, todos los amigos
iban acudiendo. Entre raciones y risas, comentarios tipo Fabiano de ‘las chicas
guapas’ y ‘los chicos pervertidos’, al final el camarero se convirtió en
nuestro amigo, que con la cerveza y la tapa nos servía también alguna
carcajada.
Los jueves no hacía falta quedar, porque todos sabíamos
dónde estaríamos.
Juntos.
Por eso, cuando Fabiano cambió de local, nos fuimos con él.
Después de la quedada reglamentaria, había que ir ‘donde Fabiano un momento’.
Esos momentos que duran un par de horas o un par de caipirinhas deliciosas de
Ulisses…
Aunque nuestro amigo ya no está, nosotros seguiremos
haciendo lo mismo.
Por eso anoche, jueves, después de la quedada reglamentaria,
nos acercamos un momento ‘donde Fabiano’.
Y brindamos por él.