Empatía y sentimiento
En la pollería, mientras nos atendía un joven, se acerca una señora al mostrador y le dice al muchacho:
- Anda, ¡si estás aquí!
- Si, aquí estoy... (esto, por si no había quedado claro con la primera observación o con la propia presencia del muchacho en el lugar.. ya sabemos que, en efecto, “estaba allí”).
- ¡Y cuánto tiempo sin verte! Pues ahora te voy a ver mucho porque yo vivo por aquí cerca, vamos, aquí al lao, ¿sabes? Aquí detrás en Alfredo Marquerie. Si, si… ¿Y cómo es que no has estado tanto tiempo!?
- He estado casi dos años de baja, con desprendimiento de retina.
- ¡Andá! ¿Y a cómo están las perdices?
- Anda, ¡si estás aquí!
- Si, aquí estoy... (esto, por si no había quedado claro con la primera observación o con la propia presencia del muchacho en el lugar.. ya sabemos que, en efecto, “estaba allí”).
- ¡Y cuánto tiempo sin verte! Pues ahora te voy a ver mucho porque yo vivo por aquí cerca, vamos, aquí al lao, ¿sabes? Aquí detrás en Alfredo Marquerie. Si, si… ¿Y cómo es que no has estado tanto tiempo!?
- He estado casi dos años de baja, con desprendimiento de retina.
- ¡Andá! ¿Y a cómo están las perdices?
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