sábado, noviembre 22, 2008

La carne del cocido

Fuimos a tomar un café, luego pasaríamos a comprar la carne del cocido. Tomamos un cortao y con leche, y cuando nos acercábamos al mercado dijo mamá, “¡Andá, pero si no llevo ni un duro!” Coge de mi cartera, que yo llevo, le contesté.

Mi madre pidió, el señor me entregó la bolsa a mi y a ella el recibo. Mamá estiró el brazo con el dinero de la compra, y cuando el señor le dio las vueltas, mamá me soltó en la mano toda la calderilla –Que enseguida solté yo en mi bolsillo.

El hombre debió ver la transacción; Me echó una sonrisilla y cabeceando dijo, “¡Qué bien acompañar a mami, eh!?


Lo que él no sabía es que “hiji” había pagado el jamón y el tocino, y que “mami” se estaba aguantando la risa.