sábado, enero 25, 2014

Sí, creemos... y aquí queda reflejado

Las risas empezaron otra vez en misa, no por ser irreverentes, pero resulta que en muchas ocasiones nos juntamos en la iglesia, y juntos es fácil que salte la chispa.

Bueno... También es que a veces nos lo ponen fácil. Como en el bautizo de Juan Carlos, que le pusieron un pañolete en tó el cabezo, y el cura se enfadó porque nadie se aguantó la risa... La tita Amalia se salió de la iglesia y todo de la risa que le dio... El bautizo fue tardísimo, unos días antes de la comunión, según el tío José, que dice que Juan anduvo solico hasta el altar y todo. Juan dice que se acuerda.

O como en la boda de David, que el sacerdote se confundió y empezó a leer un trozo de funeral y así rogamos todos a Dios que tuviera a los novios en su gloria. Amén.

Al caso. Que aquí estábamos de nuevo reunidos para una misa, los que pudimos: el bautizo de Celia (que lissssta y que bonica por Diossss).

Mamá y yo llegábamos de Madrid a la estación y, al ver que se nos hacía tarde, pensamos en coger un taxi en vez de hacer a los tíos pasar a por nosotras. Pero en esto, que los tíos ya estaban en doble fila esperando en la estación y recibí un Wass: Nena, que estamos aquí en el coche rojo! Me sientes?

Yo no la sentía, la verdad.

Pero de repente vimos una cabeza con el pelopincho así p'arriba, que diría la Abuela. Y era el tío José Miguel. Allá que nos fuimos corriendo. Y en segunda fila en pleno centro y entre pitos (literal) y flautas (figuradas) abrimos el maletero para abrir los asientos de atrás- por la inercia allá que iba mamá y le dije "¿Ande vas?", y se metió mi primi Miguel. Las otras cuatro nos apañamos en el asiento de detrás aunque se nos arrugaran los vestidos.

Salimos chaspeaos de ahí, con el Subarú del Chache siguiéndonos. Ellos llevaban la banda sonora de la Abuela, que les iba narrando cantares de la post-guerra y avisándoles, según pasaban poblachones, de los que fueran los dominios del tío Agapito.

Salimos tirando hacia la Avenida Casa de- digo, Costa Blanca, y en seguida llegamos. Esto ya está dominado.

Nos dimos besos, nos hicimos fotos, algunos soltaron orín que acumulaban desde Castilla-La Mancha... Y nos fuimos todos, requeteguapisisisimos andando a la iglesia.

En llegando dijo la madre (mi prima Blanca): "¡Se nos ha olvidado la concha!" Y el padre de la criatura, tan dispuesto, se ofreció a ir a buscarla. "Está en el cajón". Y como todos sabemos que en las casas solo hay un cajón, EL cajón, pues se fue la madre a por ella... Y la madrina quiso irse detrás.

Por Dios, que no empiece esto que no hay ni madre, ni madrina, ni la concha de su madre...

Al llegar a la puerta de la iglesia nos reencontramos con la familia Ots, o mejor dicho, con los Ots, nuestra familia. Pero no nos apuramos por la espera, pues el cura había dejado recado de que se había ido a desayunar.

Al poco llegó la madre, con su concha y su marido, que por 'cajones' había acudido al rescate. Mientras esperábamos al cura, de pronto se abrió la puerta y salió un atípico Sacristán (un morete en chándal) a decirnos que fuéramos entrando.

Mi prima pequeña -dos cabezas y unos tacones más alta que yo- empezó con sus inocentadas. "¿Es que el cura es musulmán?"

Nos sentamos en los bancos primeros. Al ver al Cristo, esgurrumío en su cruz, mi prima siguió: "¡Anorexia!" Y eso que yo me había propuesto aguantarme la risa en esta misa.

Blanca vino a preguntar que si alguien se hacía voluntario para leer. Yo me ofrecí a la vez que mi madre, así que le dije, "Ve tú."

Menos mal.

La lectora hizo de monaguillo: el cura le decía por lo bajínis "Aquí, aquí" y mi madre leía, se quedaba de pasmarote sin permiso para moverse y volvía a leer, pidió perdón al equivocarse de estrofa, luego mojó un algodoncete de bautismo e intentó cerrar la cajita mientras el cura seguía con la misa, y se metió de lleno en el papel cuando se acercó al micro diciendo "Hermanos..." Pero cuando quiso arrancarse con el Padre nuestro, ahí ya sí que ya.

Los bancos de los Primis temblaban de risa. No sólo por mi madre Súper Monaguilla, sino que se juntaron una serie de circunstancias...

El Padre empezó diciendo que nos estuviéramos todos sentados, que si nos empezábamos a levantar y sentar no nos íbamos a enterar de nada, ni nosotros ni él.

Después dijo que todos llevábamos el diablo dentro, que puede ser verdad - yo qué sé- pero de repente empezó a hablar de la peli de El Exorcista y, entonces sí, empezamos todos a convulsionarnos de risa como si fuera verdad.

El padrino fue a encender la vela y al volver a su sitio tropezó, haciendo un ruido y eco del demonio (eeeh) y al pasarle la vela a la madrina.. Hubo un poco de confusión. Eh, la vela.

Después pasó a la madre, y ésta se la dio al padre que ya se la quedó. Ea, cada uno que aguante su vela.

A todo esto mi madre seguía haciendo las veces de monaguillo. En esos momentos sí que le dí gracias a Dios por no haber sido yo, porque se podría haber liado buena desde el altar mayor. Y eso está feo.

En los responsos el cura se auto-respondía: ¿Creéis en Dios todo poderoso...? Sí, creemos.

El cura proseguía con su discurso y, tras una pausa comenzó: "Ahora el sacerdote se acerca a la niña y hace la señal de la cruz". Mientras mis primos y yo nos preguntábamos en silencio si el cura estaba leyendo directamente las instrucciones, mi prima Carmen me preguntó: "¿Entonces el sacerdote quién es?"

El musulmán.

En el momento del bautismo -¡con la concha!- la nena no dijo ni mú (que buena y que bonica por Diossss)... Mientras el cura le echaba un chorro: En el nombre del padre. Otro: En el nombre del hijo. Y un tercero para rematar: Y del Espíritu Santo.

¡Amén! Que pensábamos que a la siguiente ya le hacía una aguadilla.

La Abuela dijo después que ella se preguntaba a veces: "¿Y para qué estoy yo aquí, Señor? Pues para rezar por vosotros. Pero a ver si un día me voy a cansar."

A estas durísimas declaraciones le siguieron las risas y besos de sus nietos, pero le precedieron unas preciosas palabras de mi prima mayor, la madre de Celia, de nuestra Blanqui:

A todos a quienes agradeció, agradecemos todos. A todos a quienes declaró su amor, lo compartimos todos. De Celia, su hija, dijo que vino a la vida para salvar la suya... Y así fue. Nuestra pequeña super heroína, aunque aún no lo sabe.

Nos mencionó a todos, porque a todos nos quiere. Luego dijo "Y a Palomilla, por sus palabras". Y muchas veces es lo único que he podido ofrecerle, aunque le habría dado todo... Y me dijo que sí, que yo era "él sin bigote".

Lo que quizá ella no llegase a entender hasta ahora mismo es que ella, por ese sencillo pero difícil gesto que hacía ante todos, también se parecía... Blanca es un poco "sin bigote" también.

---

Después, como la familia manda, nos fuimos todos de bureo, a comer, a reír, a echar de menos a los que faltaban, y a comentar las jugadas.

- Nena, esto tiene que quedar reflejado, ¿Eh?
- Vamos, el blog va echar chispas.

miércoles, septiembre 18, 2013

La FURIA de Albacete

¡Vamos a las fiestas de Albacete!
Perdona, a la FERIA.

Yo flipo con tu coche, que cada vez echa un olor.

Las de Albacete son albaceteñas… ¿Y las de Cuenca? Cuen cuen- con- ¿concubinas?

Yo me sé una canción de Albacete: "Una vieja y un viejo-"
Ya, yo no la cantaría allí.

Cuando te sientas sola… le llamas a ella. Las amigas para eso estáis. (O sea, arreglaos entre vosotras y a mi dejadme en paz)

Yo distingo bastante los acentos del sur.
¿Del sur de Albacete?
No, del sur de Navarra. Se les nota un montón.

¡Qué susto!
Eeeh, me has pegado tú a mi.
Es que me he tragado un caramelo. ¿Cuando llega al pulmón se desentrega?

En ocasiones digo Ejque.

¿Qué pedimos?
Un majo picón.

Odio esta canción, y odio que se me pegue porque la odio. (Tiene sentido)

Tenéis que probar el típico bocadillo de ‘guarra’.
Qué asco.

¿De qué os reís? Jo, me lo he perdido. ¿B**n, qué has dicho?

Esto es 'vintage'… Y pone… zorra, digo arroz.

Qué buena está la guarra.
Por favor, un respeto.

He pedido una caipirinha y me han puesto ron con miel y hierbabuena.
Es la típica de la Feria.
¡No, es un mojito!
En Feria todo es mojitos.

Yo en la noria no me subo que me mareo… Mejor en el martillo.

¿Soy el único al que se le repite la guarra?

Venga, pídete otra caipirinha albaceteña.

Ahí no me subo. NO, NO, NO, NO, NO.

Huele a pedete.

Parecéis bichillos bailando y yo parezco el ser humano. (Yo creo que se te ha desentregado el cerebro)

Lo que me he dado cuenta es de que últimamente la estima a las mujeres en Madrid.
¿Pero quieres hacer una frase coherente??

¡Qué majas somos! (La verdad es que sí)

Oye, deja mi pulsera en pez.

Santa Rita, Rita, el que llega primero… (¿buena sombra le cobija?)

No, gracias.
… Estaba pidiendo.
Ah.

¿Dónde está mi risa floja, se fue?

Está hablando sola.
¡No! ¡Te estoy hablando a ti y me ignoras! (…No sé qué dice)

Ha ido a por porras y ha venido con churros.
Lo típico.

¡Soy una persona con sentimientos y todos se enfadan conmigo! (¿Vas a lloraaar??)

¿Eso es una silla?
Si.
Joder. 

Este gorro está bien, puedes ponértelo para andar por casa. (Eso va a ser que no está tan bien)

Le han dado churros por porras.

Prefiero que me llamen imbécil a insustancial.
Yo también prefiero que te llamen imbécil.

Cantar y cagar, todo es empezar.

¡Mira qué piticlunchi!
Pobre perro, ¿por qué le llamas así? Anda, que como te oyera… (Anda que como te oyeras tú…)

¡Menudooo ostióoooon!

¿Cómo hay que proceder con este hombre?
Con paciencia, serenidad..
Vale, son todas sus cualidades. (O sea, no)

Qué malas sois. ¿Queréis melón?

Os prohíbo que vengáis a verme porque nunca venís a verme.

Mis deseos son ordenes… para ti.


¡Adiós, Albaceteee! ¡Hola, concubinooos!


miércoles, septiembre 11, 2013

Full... ¡de Estambuuul!

Así, sin haber llegado aún

Hay que llevar calcetines sucios para entrar a las ermitas.
(Mezquitas y, ¿por qué sucios?)

¿En Turquía de fiesta qué escuchan?
De pita pita del...

Daremos un paseo por el Fósforo...
(Nos tiramos un pedo y lo prendemos).

¿Tú qué quieres?
...
Quiere leer el periódico y aislarse del grupo.
Quiere ser el raro del autobús.

Oye necesito hacerme una foto en Turquish Airways en plan me-voy-a-Turquía para subir al Twitter, que están mis followers a ver qué hago.
(O sea).

Ay, qué guapa estás con el burka ese.
(Porque no se me ve la cara, ¿no?)

Sobrevolando aguas internacionales (todavía se servía alcohol en el avión)

¿Quién quiere mi brownie?
¿Quién es Brownie?

Se echa pimienta en los ravioli:
Mmm, a las finas hierbas...

Madre mía, qué cogorza.
Ya verás quien va a beber la película del avión.

Según el apocalipsis, en Éfeso es donde la Virgen María asciende.
Con mi suerte, seguro que nos pilla.

En llegando, primeras impresiones

Eh, ahí hay un baño "Alaturka".

¿Nosotros cómo vamos al hotel?
Nos vemos detrás de este autobús.
¿Hay otro autobús para nosotros?
No, un árbol.

¿Pero cómo mean en un agujero? ¿Cómo enfocan!?
¿Quieres decir... cómo apuntan?

Voy a ser su guía, me llamo Pertev.
¿Con cuántos nombres le vamos a bautizar?

¡Taksi! Ves, aquí sí que se escribe como se dice.

Mi madre cuando ha oído su nombre ya ha dicho "Jo…"

Esto lo que podemos considerar como el apoteoso.
(Me gusta este guía, va a dar juego).

¿Cuánto va a durar el viaje?
Una hora. No habéis escuchado nada. ¿En qué estabais pensando?
En el nombre.
Del padre, del hijo...

También tenemos un conductor simpático, pero más importante que conduce bien. Mustafa. Musti, para los íntimos.

Para todos, nada de timididad.
(Que no se entere él...)

A ver, ¿cómo se llamaba?
Pues Petrel, per- ¡Petrus!

Pero, pero y pero...

Es la transformación o lo que se llama la metamorfosa
(Me encanta).

Los más pipas de la Capadocia

¿Italiano?
No, español.
Ah, welcome, mademoiselle.
(¡¡Es total!!)

Mira, uno meando.
(Esta frase es recurrente en muchos de mis viajes... No sé).

Pipa de calabassa, buena para hombres de más de cincuenta, para pros-pros, prosta-¿prostáte?
Próstata.
… No tiene prossata, mujer, déjalo.

¿Cuántos habitantes hay en Turquía, señores?
Millones.
¡Muy bien!

¿No compra una alfombra, señora?
Yo es que tengo un primo que hace alfombras...

¿De dónde?
De Madrid.
Ah, de Madrid al sielo.
¡Sí!
Para abrir agughero y mirar a Capadossia.

Nos hemos perdido...
Tú di que hemos ido a ver unas alfombras.

Ya sé que queréis un perrito guapo y mediano, que sea cómodo... Pero es como cuando tienes un hijo, que aunque sea feo le quieres.
Gracias mamá. Alby, ¿cómo te sientes por alusión?

Joe, somos las más pipas de la Elipa. O sea, de la Capadocia.

¡Mira esos barquitos, qué monos!
Son las cestas de los globos.
Jajaja- ¿Quién lo ha dicho, la Cochi?

Algunas parecen que son casas normales.
(Pero sólo lo parecen. Y sólo algunas).

Es lo más pesado que te puedas echar como hermano.
Es el hijo feo e incómodo.

Es la primera novia que veo en Turquía.
¡Mira, mira, otra boda!
Pero a esa se le ve el pelo...

Los Derviches bailan y giran en sus mismos.
(En sus mismísimos).

Yo este tobillo me lo tuerzo mucho, así que ya lo tengo dominado.

¿Dónde está el Pupu-Paká?
(Pamukkale).

Ves tú, el turco es un idioma que me está costando pillar.

Es que no veo sin ver.
(O sea, sin gafas).

Viendo Big Bang Theory en inglés con subtítulos en turco:
¡Ala, Penny se dice Peki!
¿Estás leyendo los subtítulos en turco?

La tarjeta del tranvía es sinlimitable.

En las mezquitas se distribuyen faldas y pañuelos. Todo el trabajo de las mezquitas es tapar a las rusas que visitan.

Ahora llegamos a Konya.
¿Konya? Qué coña.

¿Crees que mañana se cambiará de camiseta?
Jajaja.
¿Y se peinará?
Eso sí que no, ¡PORQUE HOY NO ES ESE DÍA!

¡Tataratará musuuuul man!

¿Qué le pasa?
Nada, se nota que acaba de salir del Ramadán.

Viiiva nuestro conductor conductor conductor-
Viiiva nuestro Mustafa Mustafa Mustafa
- que es nuestro conduuuctor.
Chimpón.
Bien dicho, Chuave.

Estoy en ese momento de... dejadme en paz.

¿Qué es esto, semillas de amapola?
Sí, opio.

¡Mustafa, te elijo a ti!
¡Mustafa, digievoluciona!

La cara de Ataturk se ve en todos los dineros.

Qué va...
Querrás decir, kevap.

Me mola esta mierda.

Mira, mira la luna qué grande, ¡la lunaaa!
¡Mira, Dios, Dios!
¿Dios!?

Pareces nueva.
No, es que no veo un pijo.

Dios es Alá.
Ala, tío.

Tranquila señora, la paciencia orienta.
(Sabiduría de siglos).

Bueno, pues todos juntos, tú no te separes de la manada.

Se me ha olvidado la pulsera en el otro hotel.
¿Pero cómo eres tan pardo?
No sé, mamá.

Basket?
Eh… No.
Decía que si lo querías tirar a la basura. ¿Qué pasa, que no hablas turco?

¡Eh! ¡Que os separáis de la manada!

¿Y si nos acostamos, que mañana a las 6 en pie?
Venga, que nos llaman a la oración.

Llaman a la habitación para despertarnos y hablan en turco.
Tres minutos de silencio y contesta:
Ajáh.

¿Se ve la mancha?
¿Qué mancha?
Vale, no se ve.

Toma, échale sal.
¿Por? ¿El huevo está crudo?
No. La sal.
¿Por? ¿El huevo está crudo?
¡La sal!
Ah, quería decir... Soso.
(Es que le despertaron temprano y en turco).

Iba a decir, por ahí viene una monja de clausura... Pero no.

Culturizándonos en las ciudades de Hierápolis y Éfeso

¡Hay helados "Alpedo"!
(Como decía, culturizándonos)

Esto de Hierápolis lo hicieron los de... ¿antaño?
Los antañenses.

Está ahí entre los árcoles.
(Economía del lenguaje, había arcos y árboles).

Bueno, tomaos el café y ahora vamos todos Alpedo.
(Todos o ninguno)

Las rusas son las que más tetas tienen.
¿Qué dice?
Que hay una estadística de tetas.

¿Tú no has leído lo que ponía en la puerta del baño? Sobre los caballitos de mar... No sé, por lo memos te entretienes mientras meas.

Ahora voy a salir como el pingüino de Batman... El pingüino va a salir en 2 minutos. El pingüino va a salir en 1 minuto. El pingüino está salido.

¡EH, EHEEEEH, HAY QUE DECIR QUE QUE QUE EN EL BAÑO!
¿Qué?
¡Que se ha quedado encerrada!
¿Quién!?
Tu madre.
(Of course)

¿Vamos a ver la casa de la Virgen María?
¿Qué María?

Mucho English, pero si no sé turco...
Excuse me, my mother is stuck in the restroom.
Saca un walkie-talkie:
Kshhhh Otel Servis, turist tuvalete tokapi kshhh- ok ok friend is come.

Jo, con todos ahí oliendo las barbas de Mahoma y dejando su ADN...
Se puede crear un transformer, un clon.
Calla, calla, que con un Mahoma sólo mira la que hay liada.

¿Mamá, qué tal vas?
Bien…
Bueno, ya que estás ahí encerrada, aprovecha.

¿Ahora adónde vamos?
Anca María.

Mira, la letrina romana… cagaban ahí todos, culito con culito.
Y conquistaron el mundo.

¿Cómo se llama la mezcla entre corintio y cónico?
Composto.
(Y encima se lo querrás discutir…)

¿Has visto las letrinas?
Sí, es lo que más me ha gustado.

Oye, quedamos en la columna rota.
(¿En cuál de ellas?)

Si no fuera por los romanos probablemente no cagaríamos como cagamos.

¿En qué ciudad estamos?
Smyrna.
¿Smirnoff?
(Aquí cada loco…)

¡Esclavos! ¡Venid a calentarme el culo! ¿Lo he dicho muy alto, no?
Si, y calentaban las letrinas.

¿Por dónde van estos?
Como dijo el profeta: esperémonos los unos a los otros.
(Amén)

Taksim no sabía lo que se le venía encima

Voy al baño.
Hasta que no despegue no puedes.
¿Por?
Porqueeee… cae al suelo.

¿Por qué os reís tanto, giñipochis?

Entonces volando... Lo que tal… ¿Cae al vacío?

Bueno, ya has estado en Éfeso.
Y tú.
Pues eso.
Pues ef-eso.

¿O sea, que puedes estar tranquilamente en el camping y te cae una mierda?
(Estaba preocupada).

Venga, anda, no seas Anatolio.

Habéis jugado con mi vejiga.

Desembarco de los Molineros, la otra revolución turca

Entonces, ¿esta es la parte turca de Estambul no?
(A ver, te explico…)

Cerca de Taksim también hay que ver las calles paralelos y perpendículos.

Jo, me está dando el sol en tó el ojo de Medusa.
(La cosa es que somos idiotas en contexto)

¿A qué hora abre?
Ha dicho que a las 9h... 9.30h...
Es un horario de apertura orientativo.

En la época de Constantino-
Romero.

¿Los ortodoxos no tienen Papa?
Si, un patriarca.
Papatriarca.

¡El batisterio!
Yo te bautizo en el nombre del porre, del yuju...

¿Te interesa alfombra?
No, tengo una hija con asma.
(Se nos ocurrió con el viaje demasiado avanzado).

¡Eh, que nos dejamos a la Virgen Maria!

Vamos a ver las dos cabezas de Medusa.
¡QUEREMOS QUE LOS TURCOS NOS BAILEN LA MEDUSA!

Joé, este está visigordo.

Hay unos que no se enteran, están viendo la columna de Medusa y dicen: ¡Mira, aquí hay otra cara!

Era un guapo de ojos Özil y orejas Dumbo.

¿Qué has dicho hoy?

Cada cerveza que tomamos nos cuesta una Lira más, porque tenemos que pagar para ir al WC.

Jo, qué calor ¿No puedo hacer yo lo de la ablución?

Es que morir por la religión no lo entiendo.
Ni por la patria.
Bueno, yo todo lo que sea morir…
(Pa’ qué nos vamos a engañar).

Eh, el turco se ha hecho el sueco.

¿El funicular dónde te lleva?
Arriba.
(Gracias).

¡Tengo un mapa y no dudaré en usarlo!

Sultanes, jeques, shás… ¿Y en la India cómo eran?
Majaras.
(Tú sí que).

Déjame en paz, ¿o quieres unirte a sus cementerios?
(Pero te quiero).

Estas debieron ser las últimas propiedades del último musultán.
(Nuevamente, economicemos las palabras).

Haceos una foto en el trono.
¡Me pido Sultán!
¡Me pido inSultarte!

A ver, que sois muy sopesados.

Luego te cuento un secreto.
¿Te has tirado un pedo en el trono?

Vamos a ver otra mosquita.

Qué calor con los turguantes estos.
(Deben ser la versión musulmana de la braga-faja).

Me siento impura.

Después de cuatro horas reventados, recorriendo el Palacio de Tokapi sin dejar un recodo sin ver...
Como en un tiempo recordando alguien diga, “Tokapi  me-suena-eso-qué-era”, lo mato.
...
¿Toca…pie?? ¿Eso que era?

¿Qué habláis?
Turcoñol.

¡He dicho que lo mato!
Ya, por eso recodádmelo antes de que pase un tiempo.

Lo que está claro es que Alby no sabe beber.
(Se tira el café encima).

Debe de ser por la izquierda o la derecha…
(Pues vamos a lo seguro).

.¡Vengaaa, que se te enfría el helado!
(Estás muy Alpedo).

Tenía narizota turca, por lo demás era guapo.

¿A ver, qué es eso de la chola?
(A mi no me, no me).

¡Me he equivocado!
¿Pensabas que te ibas a tirar un pedo y te has cagado?

Oye, “gruñir” es por ahí.
(Habló).

Whats your name?
Paloma.
And you?
María.
And you?
Paloma.
Oh! And you?
… María.

Quiero celebrar mi cumple.
¿De manera especial?
No…
¿Sólo de manera?

¿¿Una copa aquí?? Joé, nos van a cobrar veinte mil años.
(El tiempo es oro).

Te revelo.
¿Me re-LE-vas?
Te… dejo el relevo. No me líes.

¿Entonces en qué consiste? ¿Vamos a comer y no volvemos?
(Me la tienen que vender muy bien para que me apunte a esta ruta).

Aquí cruzan como y cuando quieren.
Tienen sentido de inmortalidad.

Vamos, que ya se han levantado.
No, se están poniendo los pies.
(Ah, entonces tenemos tiempo).

Era ahí, al lado de la mezquita donde escuchamos la misa.
(Creo que tiene que repetir el viaje porque no se ha enterado de nada).

sábado, mayo 04, 2013

'Brugos' here we go!

Con escala en Roa para rechupetear huesitos de lechal, con vistas a la ancha Castilla, con un Portos (¿Potros?) para acompañar y un rifirafe chocolatero de por medio, seguimos a nuestro guía gastronómico y de maquinaria por Lerma hasta llegar a Burgos. Capital europea gastronó- ahí estamos.

Como en casa nos sentimos cuando, nada más entrar, un flús nos escupió. Y enseguida nos bajamos a conocer los escenarios del jovencito Juan. Vimos la tienda, donde un día entró un coche, y la pared donde jugaba con la pelotita. El cole, cuya verja explotó con un petardo y todas las canchas de baloncesto donde creció.

Tras las primeras brrrravas del viaje seguimos paseo por el espolón, donde cientos de platanos se abrazaban sin hojas ni platanos a la vista, pero nosotros teníamos a nuestra Banana.

Después de algunas cañas conseguimos no ganar un partido, así que nos fuimos a celebrar y a pecar en Pecaditos. Y cuando sentimos la ciudad conquistada, deCIDimos ir a por los ginnys, y entre el sofá y el Valley soñamos no ser modelos de mayores.

Al día siguiente hicimos caso al jefe del mundo y fuimos a conocer la compleja evolución humana en su complejo, con su arquitectura explicadita, y dentro conocimos a Miguelón, a Lucy y otros huesos... del montón. Vimos ¡dientecitos!, un cereeebro de homo y al salir hicimos un poco el mono, aunque sabemos que nosotros somos la única especie humana que- somos la única especie humana.

Pasando de Burgos, que tiene dos ríos y Pico y todos son trucheros, entramos al centro galego a por una sepia... Por lo de homo sepians.

De ahí nos pusimos a caminar, tanto tanto que casi nos salimos de Burgos. Y como era el Día del Trabajo, llegamos a Las Huelgas, donde nos imaginamos rodando alguna peli en la que seríamos señores y nobles y damas.

Llegamos a comer, inocentes de nosotros y, además de mucha comida (mu rica) nos pusieron un solomillo de morcilla. Fede se pilló la chica, Juan amenazaba, y Banana me tuvo que ayudar porque casi lloré y no solo de risa.

Una vez embuchados nosotros mismos, tiramos hacia la catedral, cuyas formas y detalles fuimos viendo con los ojos de Superman. El frío no nos heló, aunque sí quedamos boquiabiertos con el atrapa-moscas, y tras ver un muertecito en las galerías del claustro, salimos al sol.

Un paseíto por el centro y no al castillo acabó llevándonos a descansar y a ver programas raros que además de unas cuantas risas nos daban igual porque ¡mira qué bien estamos todos juntitos!

Por la noche cruzamos de nuevo el río para tomar un Ribera, claro está. Y tras un voltio y un poco de ambulanteo, nos recogimos tan buenecicos a tomarnos las copichuelas en el calor del hogar, delante de la gran pantalla y ningún programa decente, así que nos echamos más hielo y -tres sustos después, Ana y yo nos protejimos con la manta de Peñafiel y Juan nos engañaba diciendo que ya había cambiado de canal, mientras Fede se tiraba del sofá.

Nos dirigimos al mercao, a comprar de tó y a nuestro hombretón le preguntaron: ¿Es usted la última? Total, que nos fuimos al Polvorilla (¿Polvitos?) a por un vermú... Pídele a la chica que nos haga una foto y se dio la vuelta un tío y nosotros por dentro de no poder soltar la carcajada ahí mismo.

Luego nos fuimos a la huerta, vimos las gallinas, los gallos, y donde antes había un burro pero que se fue para ser feliz. Jugamos al futbolín con una bola de pelusa, mucho mejor que se nos pegase la bola al tablero barnizado. Descubrimos un bicho disecado con su hociquito y todo. Abrimos las puertas de frigorífico para entrar en el comedor, y abrimos las cortinas para que através de las ventanas de autobús entrara el sol. Prendimos la lumbre y nos subimos a un árbol. Luego esperamos a que se hicieran las ascuas alrededor de la chimenea y unas aceitunas, y otra vez qué bien así juntitos.

Chuletas, chorizo, salchichas, tortilla ¡Joder! ah, que sí había pan... y por supuesto, morcilla. Hubo un 'hasta luego' de saludo, y nos regalaron unos huevos de corral. Después tomamos el postre mirando la lumbre, mucho mejor que la televisión. Ahí sentadicos en silletas de charleta.

Para bajar las aceitunas... dimos un paseo hasta la Cartuja de Miraflores, donde San Bruno nos dio ciento por uno, y contemplamos las tumbas de Juan II e Isabel de Portugal, el infante Don Alfonso y... Ahí estabamos nosotros.

Atrás quedan cachopos y zancadillas a niñitas... Ya hemos aprendido cómo se pide la cuenta en Burgos y lo que hacían los ursus en Atapuerca. Echaremos de menos Burgos y su fresquete, pero por ahora bienvenidos al calorcito ¡Bendita meseta!

Total, seguimos todos juntitos.

viernes, marzo 15, 2013

Donde Fabiano

Una semana tras otra, una caña y otra más, todos los amigos iban acudiendo. Entre raciones y risas, comentarios tipo Fabiano de ‘las chicas guapas’ y ‘los chicos pervertidos’, al final el camarero se convirtió en nuestro amigo, que con la cerveza y la tapa nos servía también alguna carcajada.
 
Los jueves no hacía falta quedar, porque todos sabíamos dónde estaríamos.
 
Juntos.
 
Por eso, cuando Fabiano cambió de local, nos fuimos con él. Después de la quedada reglamentaria, había que ir ‘donde Fabiano un momento’. Esos momentos que duran un par de horas o un par de caipirinhas deliciosas de Ulisses…
 
Aunque nuestro amigo ya no está, nosotros seguiremos haciendo lo mismo.
 
Por eso anoche, jueves, después de la quedada reglamentaria, nos acercamos un momento ‘donde Fabiano’.
 
Y brindamos por él.

domingo, febrero 24, 2013

Felicidades, tontiis

En la puerta donde habita el Sol te esperaban unos tontiis, pero amigos, con sobrero y con manguitos, no nos fuéramos a ahogar. Albyoda nos guiaba hacia la primera parada, ya juntitos y divertidos, todos se podrian customizar. Pero así nos fuimos, aunque intentara parecer más alta con el sombrero de copa, de copa nada de momento, una caña, por favor. Una foto y un salchichón radioactivo activó nuestra curculación. Y seguimos camino...  Entramos porque habia un dos por uno, y descubrimos que la oreja tiene hueso. De ahí nos fuimos al Olé, y olé por nosotros y por ti. Ahí se unió una más y por eso, buena excusa, un brindis más. Después al Ñeru, por supuesto, no podía faltar. Una verde y quesu, y otra verde jefe, por favor. Apretaditos, apretaditos.. Mira un hueco: ¡allá vamos ueee! Apretaditos, apretaditos. De postre un ginny o un maitai, tu tai. Y porfin sentarnos un rato, pero no para descansar de tonterias. Al final otra parada obligada, y obrigada también. Unas caipis con nuestro amigo, previo a la despedida, un truco de Clark. Con su fuerza y rayos laser en los ojos, rompió un vaso a la perfección. Luego a casa con la familia, rica rica la cenita también, hacia los gintonics prometidos. Allí nos reunimos con los que faltaban y entre risas y preguntas, lo supieras o no lo supieras, estábamos todos ahí por ti, por tu felicidad. Y queriéndote. FELICIDADES.

lunes, diciembre 03, 2012

Coquí- 3. España

De repente, todo empezó a pasar muy rápido. Yo ya estaba otra vez en Madrid cuando nos dieron la gran notica. ¡Os veníais a vivir a España! Papá y mamá te dejaron en Lima mientras hacían la mudanza y buscaban piso en Bilbao, como habían hecho conmigo en mudanzas anteriores. Aunque te echaba mucho de menos, yo estaba feliz porque pronto íbamos a estar todos juntos otra vez, y no sólo en el mismo país, sino en el nuestro.

Pero antes de hacer el traslado a Bilbao papá se puso malito y papá y mamá se quedaron en Madrid. Tú mientras seguías encantado con los González, quienes te cuidaron y mimaron hasta que pudiste venir.

Cuando todo pasó, en vez de tranquilizarnos, nos metimos a hacer la mudanza y yo seguí apretando en mis últimos meses de la carrera. Con el apoyo de la familia, nuestros amigos, el espíritu de papá, y la fortaleza de mamá, sabía que sólo había una opción: seguir adelante.

Y ese paso te incluía a ti, por supuesto. En cuanto pudimos tener la casa arreglada te trajimos a casa. Una vez más, nuestra nueva casa.

Cuando llegaste encontraste que te faltaba uno pero, como siempre, estuviste siempre ahí, detrás de nosotras, acompañándonos, haciéndonos reír, cuidándonos… Tu llegada volvió a instaurar la rutina en casa y pudimos empezar a reorganizar la vida, a curarnos.

Desde entonces y, pasando por mais uma mudanza, has estado en casa con mamá y conmigo. Nos has regalado anécdotas divertidas, tiernas, inolvidables.

Cuando estabas tranquilito yo te echaba de menos encimoneándonos; Esperaba a que me miraras a los ojos, te hacía un gesto con las cejas y te ponías alerta. Entonces, con otro movimiento o un silbido confirmaba mi llamada y saltabas del suelo como un muelle. Mamá me decía, “¡No lo soliviantes!”

Soledad se pasaba el día persiguiéndote aquella época que te dio por beber agua de los baños y andaba por la casa gritando: “¡Tu perro-tu perro-tu perro está comiendo agua del váter!” Cuando nos aburríamos, tú eras siempre un objetivo seguro. María y yo nos poníamos de acuerdo enseguida: “¿Ponemos nervioso al Monichu? ¡Siii!” Y toda la diversión consistía en hacerte de rabia y seguirte por los pasillos hasta que huías de nosotras o intentabas contraatacar robándonos algún peluche.

El primo Juanjo te ha cuidado mucho, y tú, con los latigazos de tu rabo torturabas a la tía Aurora, que te llamaba Terminator pero reconocía que le activabas la circulación de las piernas. En el pueblo viviste muchas aventuras y conociste a tus primis Goa y Teo. La abuela, siempre que llamaba, preguntaba por ti.

Con Ana, que también te ha cuidado mucho, pasamos muchas tardes viendo pelis y series. Si te ponías nervioso y nos ladrabas anunciando pis-próximamente ella te decía que no ladraras, que te olía el acento y nos calentabas la copa. Si mamá se ponía a hacer maletas entrabas sigiloso e ibas sacando calcetines, deshaciéndola poco a poco, a ver si colaba y nos quedábamos. Nunca te han gustado las maletas, pero si había viaje a la vista eras el primero en subir al coche, no fuera a ser que te quedaras en tierra. Y cuando no podías venir, cerrábamos la puerta y al momento oíamos el peso de tu cuerpo cayendo al suelo y contra la puerta, esperándonos ahí hasta que volviéramos. Y entonces siempre, siempre, nos recibías con alegría y perdonándonos sin más el tiempo que habías pasado solito.

Tu mayor venganza siempre fue un buen pedasco.

Te comiste los marcos de la puerta, varios pares de zapatillas de andar por casa, un bowl de migas bien relamío, un cacho de pizza al vuelo, una cena elaborada para invitados que dejamos descuidada un segundo, media rosca de aceite que te asomaba como dos colmillos cuando te colaste en la despensa de la abuela –la exhibías triunfante-, una hamburguesa de plástico que hacía fliiii cuando la mordías, muchos moqueros, y todo lo que te echáramos que no fuera verde.

Pero luego, cuando te quedabas tranquilito y ponías tu cara de hazme-mimitos era mamá quien decía “Es que me lo como”.

Entonces yo saltaba hasta tu lado y me dejabas hacerte de todo: Parche pirata con tu oreja, el perrito volador, cara de velocidad, peinarte las cejas, mover tu belfo, subirte las patas de adelante a mis hombros y bailar, simular punch-in-the-nose, soltarte un malacatón, taparte los ojos haciendo brrrrrr y decir ¿molesto? Y tú suspirabas y te dejabas querer.

Por las noches te acompañaba a tu colchón, y una vez te asentabas hacíamos una sesión de caricias en la oreja. Tú ronroneabas mientras ibas inclinando la cabecita y finalmente te dejaba diciéndote, Boa noite, tontito.

Tontito, desde los trece años no me has faltado, aunque nos hayamos separado. Fiel, sin preguntas ni horarios, sin rencores. Has estado con nosotros por el mundo, nos has aguantado y seguido. Has celebrado goles con nosotros, nos has manchado los pantalones, nos has puesto la cabecita en las piernas si notabas un bajón. Nos has querido incondicionalmente.

Piensa en todas las personas que hemos dejado por el mundo y te han querido. Marisete, Vandita, Marcio, Soledad, Julito, Wilson, Willy, los González, los tíos y primos, la abuela, todos los amigos…

Coquí, has sido mi cómplice, mi consentido, mi compañero, mi cosita pequeña, mi chuavecito… La constancia en nuestra vida inconstante, mi tranquilidad cuando mamá se quedaba sola en casa, la alegría y el alboroto, la risa y un ataque de mimos.

Pero qué tontito… y qué listo. Noble, alegre, paciente. Echo de menos tu todo, y tus orejitas.

Así ha sido nuestra vida juntos. Así ha sido nuestra vida a tu lado. Gracias, Coquinho.

_____

Por eso, mientras se dormía por última vez le dije: “Chuave, I'm going to miss you”.

Esta noche no le puedo decir “Boa noite, tontito” pero se la deseo igual.