martes, abril 05, 2011

Deformación profesional

Vaya mierda.
¿A qué te refieres concretamente?

Oye, tú que eres buena persona, ¿tienes planos de Madrid?

Se ha roto un diente y dice que necesita hablar conmigo.
Bueno, contigo es con quien se suele hablar cuando uno se rompe un diente.

Éstas bragas me dan problemas.

Los “si, si…” afirmativos, ¿los dos llevan tilde?
Sí, sí.

Lo siento: mi cerebro.

Vivía en… vivía en la calle─ ¡qué coño!

¿Qué le dice una española a un indio?
Namaste quería saludar.

(Estudiando, supuestamente)
“…capaz como eres de ser día a día a día, tía, sin tu alegría seré un pringaooo…”
Esta situación no es nada normal; Según el informe sobre el conflicto, publicado en 2002…

¿Qué significará Nwahulwana!?

Se me durmió la cabeza. (Ya…)

Voy al baño, voy a ca*gar esto.
¿Eh!? ¿Vas a cagar?
Si, voy a cagar y a caRgar esto.

Lo leeré en la cama, pensando en ti, riéndome…

Tengo una reputación… Bueno, no, pero tengo jefes.

Te conozco mejor que nadie, mejor que tú misma. A ver, ¿Qué quieres saber?

El que dice que no ha sido, es el que es.
Sobre todo cuando es un pedo.

Vamos a ponernos atrás para que nadie vaya bocatrás.

Es que el cerebro se empana. (Si.)

(Desde Japón, más noticias sobre...)
La central nuclear de Fumigosi.

Qué mal rollo cuando los jefes insinúan que estás borracho, ¡eh?

Yo llevaba tacones de hasta 14 centímetros.
¡Pero con el vértigo que tienes!

Tu inconsciente últimamente… (Pues anda que tu ‘subs’…)

No te creas: estar tranquila me cuesta mi estrés. (Según su propia definición…)

Y pensé yo, qué alegría cuando me dijeron…-
Ah, por cierto, ha llamado el tío Gaudencio.

Ir a Segovia y no comer cochinillo es como ir a no sé dónde, o a no sé dónde y… no sé.

¡Oye, deja de quejarte! Que si te clavo un palillo, que si tal…

Me tienes que cambiar la bombilla.
Estos días no puedo, pero tranquila que hace luz hasta navidades.

¿Eres prudente con las cañas?
A partir de la quinta no sabe si es prudente.

Eso es de formación profesional.
No, es deformación.

¡14 centímetros, si con eso te caes p’adelante!
Pues así iba, avocada al abismo.

Allí eran todos mayores.
¿Mayores de cuánto?
De 30.

Está en lo mejor de lo peor. (Y nosotros también)