jueves, agosto 07, 2008

Alaska IV

Anchorage, 29 de junio- Campeones en AK

Nueve y media de la mañana, a punto estaba de empezar la final de la Eurocopa. En Estados Unidos el fútbol ná de ná. Pero habíamos pactado ya y Amira nos iba a llevar a un Sports Bar –de esos a los que sólo van los alcohólicos a beber desde por la mañana- donde tenían el canal 13 y podríamos ver la retransmisión del juego.

Alberto y yo nos levantamos y la madre de Amira nos estaba esperando en la cocina con una sartén de huevos revueltos y demás, “No hay que ir a ningún sitio,” dijo con una gran sonrisa. Penny había hecho un triki-piki-moki-hoki con los cables de la televisión y ya teníamos el canal 13.

Empezó. Nos enganchamos. ¡Y de repente se fue la imagen! Las uñas de Alberto se clavaron en mi brazo. Simon se subió al tejado y lo arregló. A los pocos segundos: Goooooooooooooooool!!! Gritamos Alberto y yo, mientras Simon seguía empingorotado en el tejado, Amira dormía y Penny aplaudía por nosotros.

Pensamos en cómo lo estarían viendo en España, en casa con un aperitivo y cervecitas. Nosotros en el sofá desayunando revuelto con salchichas, tortitas con sirope y mantequilla y manzana dulce, zumo de piña y café.

España se habría vuelto sorda del estruendo de alegría en ese momento. Nosotros por la ventana veíamos al vecino cortando la hierba de su jardín. ¡Todo tiene su aquél!

Terminó el partido y ya éramos campeones; Penny preparó tres chupitos de Limoncello para celebrar. Por la tarde fuimos a cenar a Don José, un restaurante mejicano, y con la quesadilla y la margarita el camarero nos felicitó por la Eurocopa.

Por la noche nos fuimos de excursión a Hatcher Pass, un valle entre verdes y picos de nieve. Caminamos, paseamos y disfrutamos de la luz de la noche.