lunes, junio 23, 2008

Barcelona

Según entrábamos en la ciudad se iban relajando mis músculos... nada de autopistas, dejaríamos el coche aparcado... Ahí estaban las aceras para caminar, adornadas con áboles verdes, altos. Reencuentro con amigos en Barcelona: y cada vez se asomaban más edificios antiguos mientras caminábamos por la Diagonal, que como una lanza atraviesa el corazón de Barcelona. El ruido de coches y motos, el tintineo de bicicletas y el murmullo de un domingo por la mañana que retumba en la gran avenida. Barcelona igual que la otra vez, y que la anterior, y cada vez me gusta más.