sábado, mayo 19, 2007

Dormir con la nana de Broadway

Entrando al metro vi a un pobre vagabundo tirado por el suelo, que se arropaba con una manta zarrapastrosa mientras recargaba su móvil en un enchufe del pasadizo (es que hay lujos de los que uno no puede prescindir, independientemente del dinero que quede para la comida).

Llegamos al Puente de Brooklyn, del antiguo Breuklen, y puse a bailar manchegas a la cántabra. Esta es la historia de una chica de Cantabria de fue a Nueva York y bailó manchegas colgada entre Brooklyn y Manhattan. Porque en La Mancha manchega hay mucho vino, mucho pan, mucho aceite y mucho tocino.

Después a la escultura del toro de Wall Street. Pero le hice la foto parada al lado del culo, no al lado de la cara y los cuernos como los demás turistas. Claro que luego nos imitaron los chino y se inventaron cosas raras.

Al fín llegamos al borde de Manhattan, cogimos un ferry por el Río Hudson y saludamos a la señorita Libertad.

Despedimos el día en Times Square, con la ironía de las luces de la noche, con la nana de Broadway que son el temblor del metro y las bocinas de los taxis.

Se fue mi amiga, y ya casi empezaba a amanecer. Me acosté. Cerré las cortinas, pero deje la ventana entre abierta, para oír a Nueva York, por si llamaba.

2 Comments:

Blogger Gori said...

Te sabes las manchegas... Te has vuelto mi ídolo... jeje.
A la Mancha manchega, que hay mucho vino, mucho pan, mucho aceite y mucho tocino y si vas a la Mancha no te alborotes, porque vas a la tierra de D. Quijote... y creo que un par de estrofas más me se, jeje
Un besazo.TQ un montón (y ahora q t sabes las manchegas... MUCHO MÁS) :D Bye

5/19/2007  
Anonymous Anónimo said...

Ya veo que todo el mundo cumple tus tradiciones neoyorkinas (que son mucho más divertidas que las "oficiales").. Por cierto, hay que popularizar las manchegas que son todo un hit, jaja

Besos Paloma!!!

5/20/2007  

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