domingo, marzo 04, 2007

Escala en Detroit

Otra vez estaba en Detroit. Y otra vez solo “pasaba por ahí.”. Quizás la próxima vez que vuelva sea para conocer la ciudad y pueda cantar de verdad aquella de Hello, Detroit, you’ve won my heart. Por ahora solo canto Hola aeropuerto-de-Detroit, te has ganado mi corazón.

Primero embarcamos tarde porque había que oxigenizar la cabina. Una vez abrochados los cinturones y apagados los móviles, sonó el Capitán por el altavoz. El aeropuerto de destino estaba cerrado por mal tiempo y no habría vuelos de llegada ni de salida en como mínimo una hora. Había luna llena.

Algunos maldijeron, otros reclinaron el asiento hacia atrás. Algunos salieron a la terminal para buscar de cenar –cuando la azafata aseguró que no había peligro de que el avión despegara sin ellos, pues parte de la tripulación también saldría a comer-.

Pero yo me quedé en mi asiento, tenia todo lo que necesitaba. Abrí la mesita y saqué la bolsita del viaje. Avisé que no me esperasen despiertos (y aun así me esperaron). Encendí mi música. Con un bocadillo y unas galletas preparé mi campamento en el 21-F, ventanilla. Cené retales como mi abuela, y la tortilla fría como le gusta a mi padre.

Cuando despegamos, la luz de la luna se reflejaba en la inmensidad de los Grandes Lagos. Al aterrizar, sobrevolamos el río Hudson. Ahora, desde mi ventana, brilla la luna en el río Este.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Toda la vida te esperaremos. Tu puerto de destino estara siempre donde estemos nosotros por muchas vueltas que des al mundo, mi viajera impenitente.

3/05/2007  
Blogger Dreamer said...

Algún día visitarás Detroit, de eso estoy segura :)

3/05/2007  
Anonymous Anónimo said...

Hoy en el coche sonaba Elvis Crespo y me recordaba a Puerto Rico. No es Detroit, pero lo importante es viajar no?

3/06/2007  

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