viernes, marzo 02, 2007

Un vión

Después de siete horas viajando (y aún quedaban otras dos) a lo ancho del país para no haber cruzado más allá de la mitad, parecía que por fín íbamos a despegar. El vuelo de Nueva York salió a las 16.40, con casi dos horas de retraso -y gracias que no lo cancelaron- y había aterrizado en el aeropuerto de Minneapolis, Minnesota tres horas más tarde. Sin saber por qué milagro, el avión de conexión todavía me estaba esperando cuando llegué corriendo a la puerta de embarque. Y no se por qué otro milagro el plan de vuelo seguía en pie; afuera nevaba con furia y las pistas debían ser moquetas blancas. Este avioncito me llevaría a mi destino final: Green Bay, Wisconsin. Y allí me estaría esperando mi amiga con un abrazo. Pero todavía no habíamos despegado, y el Capitán anunció que tendríamos que esperar mientras deshelaban el avión, o sea, una grúa-aspiradora chupaba la nieve acumulada en el techo de la nave y la escupia a la pista. Creo que por cortar el silencio, mi vecino de la izquierda quiso iniciar una conversación. Me dijo que venía de Nueva Jersey, había perdido su vuelo de Michigan por eso venía por Minessota... Y luego me preguntó que si era la primera vez que volaba. Le dije que había volado un par de veces más.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Y por fin en Green Bay, en la tierra de los Packers!!! Gracias por venir peque :o) Verás que bien nos lo pasamos mañana en la nieve y buscando los árboles...

Ahora nos esperan las aventuras en el país de nunca jamás. Dulces sueños princesa

3/02/2007  
Anonymous Anónimo said...

Ahí me encontraréis!

I miss you!

bexitos!

3/03/2007  

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