jueves, septiembre 28, 2006

Glamour

Eran las doce y media y mientras todos se iban a comer, yo me fui a tomar el café de media mañana. Entré en la super cafeteria-librería-tienda de música Borders y subí al segundo piso. Allí me senté en una mesita al lado de la ventana. Desde arriba se veía el guru-gúru y la actividad comercial de la ciudad, justo en la esquina de Park Avenue y la calle 57. Hacía sol.
Cogí mi vaso de cartón; café con leche y crema batida bien calentito. Levanté la capucha de plástico y le eché azucar. Removí el café con un palito y volví a cerrar la tapa. Me acerqué el vaso a la boca para beber por el pequeño orificio tipo biberón y abrí mi cuaderno.
Una limusina gris se detiene frente al porche del edificio Ritz Tower. Una pelirroja con tacones y móvil pegado a la oreja alza el brazo y se sube a un taxi amarillo. Se abre el paso de peatones y un torrente de gente inunda el asfalto. Por el carril del medio pasa una bicicleta, el delivery boy de Chicken Bar.
Después de un rato se me acercó una mujer en sus cuarenta y me preguntó si podía sentarse en mi mesa. "Of course," y retiré mi libro de su lado. Ella me lo agradeció y se sentó elegante: con su vestido negro y collar de perlas, un broche de flor blanca, sus labios rojos recién pintados y ni un solo pelo fuera de sitio. Miraba hacía fuera de los ventanales, contemplando el bullicio allá abajo. Disimulé y vi sus zapatos de punta y tacón, con un lacito y medias negras. ¡Oh, la elegancia de Manhattan! ¡Oh, Nueva York, capital mundial de la moda! Y yo con mi coleta y sudadera...
De pronto, esta dama neoyorkina destapó un vaso de cartón igual al mio. Se arrimó a la mesa. Encorvó el cuerpo y, con una cuchara marrón de plástico, empezó a sorber una sopa rojiza de fideos redondos. Entre tanto metía sus uñas perfectas en una bolsa de nachos y, antes de llevárselos a la boca, los bañaba en una cajita de plástico con queso cheddar derretido.
Terminó, se despidió y se fue. Se marchó con clase y sin hambre. ¡Oh, Nueva York! ¡Oh, la ciudad del glamour!

5 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Muchos kilómetros al este, un chico se asoma a una ventana de internet. Hace sol. Hay edificios que apuntan al cielo, gente de todo tipo con prisa y un acento extraño. Parecen palabras, pero es Nueva York

9/28/2006  
Anonymous Anónimo said...

Un gusto, oiga, tener una corresponsal que es capaz de hacernos vivir toda una ciudad a través de su cautivadora narrativa.

Besos

9/29/2006  
Blogger Turruchel said...

ola plaomita!
como andas por NY?
todo bien? espero k si peke!

olle eso de sorber la sopa i los nachos como k no le ivan heee!
Un besso, y muy bueno el post!

10/01/2006  
Blogger PALOMA said...

No le iba nada! Por eso escribo aquí, para que todos os asomeis a esta ventana que dejo abierta para vosotros.

10/02/2006  
Blogger Uqbar said...

Estás siendo los ojos en New York de los que como yo nunca hemos estado al otro lado del Atlántico, o a ese según se mire. Gracias por ayudarme con tu diario a entender un poco más a la fauna newyorkina.

10/03/2006  

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