lunes, mayo 18, 2009

Trajes de luces

Entramos a Las Ventas por el patio de arrastre, recogimos unas almohadillas y nos dirigimos a nuestros lugares en el tendido diez. Llevábamos merienda y críticas de primera así que a las siete en punto, cuando sonaron los timbales, estábamos preparados para el espectáculo.

El primer novillero no hizo buena faena, el segundo fue soso y el tercero, que toreó estupendamente entre aplausos y olés, mató mal. Tuvimos de todo: Abucheamos a un picador, aplaudimos a un par de banderilleros, hubo pañuelo verde y cambiaron dos toros; salieron los cabestros a las órdenes de Florito, que con su vara y su chaquetilla sacó al dos toros del ruedo. Entre toro y toro los pasodobles de la orquesta, los comentarios de las marquesas y las protestas de los entendidos. Uno recibió al toro de espaldas, a uno le pinchó un toro pero siguió. Y un par de faenas nos las dedicaron al público.

Nosotros saboreando medialunas de espárragos, bocadillitos de tortilla y un vasito de vino mientras pasaban de capote a muleta y la sangre manchaba el ruedo… No se podía ser más español. Algunos aplaudían y otros silbaban. Pero sin querer hacer crónica taurina, lo mejor de la corrida fue la caída del sol.

Empezó a anochecer y se encendieron los focos de la plaza. Iluminaron el ruedo y los trajes de luces que, como en los míos, seguramente lucieron su brillo en los ojos de mi padre y mi abuelo tantas veces.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jajaja!! Bien! Que risa me causa el ver como habla la gente de Bienservida! Pa'l campo!

6/15/2009  

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