jueves, junio 09, 2011

Limitaciones

“Todos tenemos alguna limitación; la de Paloma es que le da la risa”.

Bueno, puede ser. Cuando intentas entrar sigilosa (para no despertar a nadie) en un cuarto a oscuras, a las cuatro de la mañana, con tu prima, -después de haber tomado una copita en una terraza al lado de la playa- para levantar con nuestra fuerza brutísima entre las dos un ‘puff’ donde dormirá el séptimo acoplado en un pisito de dos habitaciones, y sacarlo sin hacer ruido, de espaldas hacia el pasillo, también a oscuras porque fíjate que justamente se ha fundido la luz, calculando el paso a ojo para no chocar con los marcos de la puerta, sin poder rascarte el repentino picor en la nariz para que no resbale de las manos el camastro, sin reírte, mientras los demás primos pululan por detrás y no ves cómo vas a llegar pero presientes el tropezón al pisar (y clavarte) distintos pares de chanclas amontonados bajo tus pies del 35… Y para ayudarte viene por detrás otro primo, y te hace la cuchara para sujetar ahora entre los dos mi parte, y así recular los dos a la vez y sin reírte, aún a oscuras y hacer el giro en el pasillo sin chocar con los marcos y sin hacer ruido y sin soltar y sin pisar y sin reírte…De acuerdo, hay situaciones en las que la risa podría llegar a ser una limitación.

Pero a la vez actúa con magia como adherente para la memoria, pues esa flojera a punto de estallar en carcajada habrá creado ya, en ese momento, un recuerdo. Un recuerdo que, además e inevitablemente, en el futuro provocará… más risa.

La risa puede ser la explosión de los nervios, un signo sincero de complicidad, la desembocadura del tormento de las cosquillas, la reacción más natural, la amnesia del pesar, un aire fresco desde dentro, una excusa excelente para perdonar; Es ánimo para el des, el pan de los payasos, las ganas de ganar y la nonada de perder, una respuesta clara a una pregunta incierta, una manera más afectiva de comunicación, el consuelo de tontos y listos por igual, el anhelo de los solitarios, la envidia de los envidiosos, un sonido contagioso que invita a acompañar; Es un método de evasión, la banda sonora de la diversión, una herramienta del sarcasmo, un dolor de tripa que cura cualquier mal, una debilidad que renueva las fuerzas, la onomatopeya del alma, la mejor manera de despertar; Es un tembleque silencioso, un reflejo involuntario y una seña de buena voluntad, un estruendo que rompe la calma, una distracción inoportuna, la más grandiosa expresión de la felicidad; Es la chispa humeante del humor, una espada para conquistar, una magnífica razón para que se te salten las lágrimas, el desenfado de la vida, un fantástico círculo vicioso, unos instantes compartidos que ayudan a descubrir una amistad; Es la mejor muerte figurada (morir de risa), una invitación a lo que sea y un escape para todo, compañera inseparable de tu tiempo más preciado y apreciado, un mecanismo de defensa, una forma de vivir, el único resquicio en una situación insalvable, el detalle que te hace enamorar; Es la mejor compañía en una sobremesa, la esperanza de una reconciliación, el último recurso para no dar una tarde por perdida, la alternativa al no saber, el resultado cierto de disimular, el anticipo de algo por inventar, la perdición si se junta con las ganas de mear.


La risa es todo… Y si es limitación, me limito a limitarme. Me meo.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Palo muy bueno!!!solo has olvidado mencionar otra pequeña limitacion,la que suponen esas múltiples convulsiones que se producen al intentar aguantar la risa, que puede transformarse en grande cuando cargas un cómodo y ligero sillon-cama de 15 Kg!!
Siempre pense que las limitaciones eran malas,craso error!!!!las hay geniales!!!tqm.Blan

6/14/2011  
Anonymous Anónimo said...

Un magnífico alegato a favor de la risa. Menudo soponcio le habría dado a Jorge de Burgos, el monje de "El Nombe de la Rosa", si se lo hubiera encontrado en su biblioteca.

6/14/2011  
Anonymous Anónimo said...

!Genial, fantástico! M.M

6/15/2011  

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