jueves, marzo 15, 2007

Los juguetes

Por la mañana me picaba el pié, así que me rasqué. En clase me puse nerviosa y me temblaba la pierna, y al salir de clase me empezó a escocer la frente. Alguna alergia, o algo… Es que llevaba más de una semana sin pasear por la Quinta, y su falta ya comenzaba a afectarme.

Me eché la mochila al hombro, me compré un perrito caliente y encaminé hacia la grandiosa. Y es que aunque no se lo crean, al doblar la esquina y pisar la Quinta Avenida uno se siente diferente.

Entré en la famosa tienda de juguetes, FAO Schwartz, a la que también le hago una visita de vez en cuando. Enseguida me sumergí en la sección de peluches gigantes, y luego me pasé un buen rato en las estanterías de los juguetes hechos a mano. Más tarde subí las escaleras para ver el espectáculo del gran piano de suelo, que se toca con los pies.

Al seguir, evité la sección “Barbie” y me perdí casi una hora por los cuartos de ciencia y arte, descubriendo todo tipo de excavaciones arqueológicas, telescopios, microscopios, fósiles marinos, dinosaurios, y probando decenas de pinceles, ceras, acuarelas, rotuladores mágicos, tinta invisible, plastilina. Lo quería todo, así que no me compré nada.

Dediqué bastante tiempo al pasillo de Hanna Barbera, con los muñecos de mis dibujos preferidos: Los Picapiedra, los Supersónicos, el Gorila Magila, Tom y Jerry y el Oso Yogui. Después me mareé dando vueltas y vueltas alrededor de las maquetas de rascacielos y personajes de Star Wars construidos con piezas Lego. Curioseé un poquito los juegos de mesa antiguos de Perry Mason y los coches y triciclos de hojalata.

Por fin llegué a las hileras de cajas azules llenas de mundos de juguete. Me recordé pequeña jugando con los barcos pirata y los castillos y las naves espaciales de Playmobil. Allí tenía delante lo que, unos años atrás, para mí habría sido el mayor tesoro descubierto: cajas y cajas de diferentes colecciones —la escuela, el dentista, el policía, el supermercado, el marinero, el hospital, el conductor, el bombero, el vaquero, el ranchero—. En una esquina vi al granjero y me reí. ¿Cómo era aquél anuncio que ponían siempre en la época de Reyes?
- “Kikirikí, muy buenos días. Kikirikí, vais a tener.”
- “¿Es la granja de Playmobil?”
- “Si, si. ¡Aquí es!”

4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

jaja! de ahí viene mi perrito aventurero!

3/16/2007  
Anonymous Anónimo said...

esto lo he visto en una peli

3/16/2007  
Anonymous Anónimo said...

Si te gustan los playmobil no puedes faltar a la IV Feria Nacional de coleccionistas de playmobil organizada por playclicks
http://www.playclicks.com/index.php/news/21/48
15-16 de septiembre en Barcelona

somos muchos los que sufrimos una regresión cuando pasamos por las estanterías de los clicks.

8/30/2007  
Anonymous Anónimo said...

No hay 5º malo, la próxima Feria es en Madrid 2-4 de mayo
http://es.youtube.com/watch?v=hZslRgBjRY8

4/08/2008  

Publicar un comentario

<< Home