Pesadilla
Me siento en el asiento trasero del coche. Hace brrrr el motor y bajo la ventanilla. Brrrr cada vez más rápido, y cierro los ojos y nos vamos. Siento pinceladas de viento en la cara, y se me enreda el pelo. Me oriento por las curvas, todavía falta para llegar.
No quiero ir, no quiero llegar. Pero tengo que ir, y tengo que estar, y hablar, y sonreír, y fingir que me importa. Y pienso que si hay alguien que no me permite sonreír por instinto y naturaleza, como siempre y desnunca... Y además fuerzo una sonrisa, es traición, es insonrisa... Muevo los músculos de mi cara por obligación, pero sé que mis ojos no engañan: no brillan. Y es mi pesadilla hecha realidad.
No quiero ir, no quiero llegar. Pero tengo que ir, y tengo que estar, y hablar, y sonreír, y fingir que me importa. Y pienso que si hay alguien que no me permite sonreír por instinto y naturaleza, como siempre y desnunca... Y además fuerzo una sonrisa, es traición, es insonrisa... Muevo los músculos de mi cara por obligación, pero sé que mis ojos no engañan: no brillan. Y es mi pesadilla hecha realidad.
Casi llegamos, frena el viento, para el coche. Hemos llegado. Fuerzas, fuerzas... habrá que fingir, aunque qué hipócrita. Hay que fingir... Por el bien de los demás.
4 Comments:
oh, sí, hay que fingir, si no nuestra vida sería un caos, pero una vez al año, como decía San Agustín, nos podemos permitir saltarnos las reglas
Pequeña, no te preocupes, espero que la pesadilla se acabe pronto y seas muy feliz porque te lo mereces.
Youu Are The BEST!
Te entiendo perfectamente pero es preciso hacer un esfuerzo para no dar a lo que no nos gusta la categoría de pesadilla, pues de lo contrario nos supera, y eso, por su propia definición, ni vale la pena ni debe consumir lo más mínimo de nuestras energías.
En cuanto a lo de fingir, contradiciendo a "róvënty", vale hacerlo sólo lo justo para no herir innecesariamente a los demás y siempre que ello no suponga renunciar a principios cualitativos superiores, ni un paso más allá.
Con cariño no fingido.
"Debes para ganar tu pan de cada noche,
Agitar como niño de coro el inciensario
Y salmodiar Te Deums en los que apenas crees,
O repetir tus gracias. como hambriento payaso,
Y tu risa velada por lágrimas secretas,
Para ver como estalla la vulgar carcajada"
Baudelaire
Publicar un comentario
<< Home